Hna. M.ª del Rosario Calvo
“Es bueno conocer situaciones difíciles de algunos países, porque te pones al lado de ellos, y dices: tienen los mismos derechos que yo”
La Hna. M.ª del Rosario recuerda sus estudios de noviciado en Barcelona, profesando y haciendo los votos perpetuos con mucha ilusión por hacer apostolado. Estudió enfermería en Madrid, velando enfermos de noche. Apoyó la construcción de la Clínica Sta. Elena y después la destinaron como encargada de rayos X a una clínica en Barcelona.
Más tarde, la propusieron como cooperante para ir a Guinea Ecuatorial, donde ayudó tras el golpe de estado. Su llegada fue dura, sufrió un gran choque cultural con recursos muy limitados. Recuerda experiencias límites tras el accidente de un avión con muchos fallecidos, largos traslados para poder apoyar a los pueblos más retirados e insalubres, aprendizaje de costumbres, la lengua, etc.
Volvió a España, estuvo ayudando en una residencia para mayores en Ribes de Freser. Después se formó en Roma y la destinaron a México, donde inició la mejora de un dispensario médico abandonado. Estuvo 24 años en este centro de salud que finalizó siendo una clínica pequeña. Resalta la creencia religiosa del pueblo mexicano en el proceso de la muerte, sus festividades, sus tradiciones y gastronomía.
Intentó ir a Venezuela, pero tras realizar toda la gestión burocrática, finalmente se quedó en México apoyando a un albergue para indigentes enfermos y dependientes.
Su próximo destino fue Argentina, en Cruz del Eje donde sufrió temperaturas extremas, realizó la pastoral de enfermos en un pequeño hospital sin recursos hasta que llegó la pandemia del Covid 19 y prosiguió en grupos parroquiales, etc. Fue entonces cuando volvió a Madrid, buscó trabajo y actualmente da soporte en un comedor para personas necesitadas tres días a la semana.