
Hna. Josefa Idiazábal Escribá
"Dios está en todas partes, caminando junto a los pobres en África, y esto ha dirigido mi vida"
Se formó como enfermera, y sus votos de pobreza y su anhelo de ayudar a los más necesitados la llevaron a África, donde fue una de las fundadoras de la primera Comunidad del Instituto de Religiosas de San José de Gerona en este continente, en Nyarusange, Ruanda, en 1979.
La Hna. Josefa Idiazábal Escribá, a sus 74 años, sigue prestando su servicio como Religiosa de San José de Gerona en la Comunidad María Gay de Butare. Su dedicación destaca visitando a los enfermos y junto a los presos. Y antes, tras haber presenciado el genocidio de Ruanda, en la organización de la adopción de niños huérfanos en un campo de refugiados.
Con ocho años, entendió que Dios está en todas partes, y pronto empezó a sentir curiosidad por la vida religiosa en el colegio de su pueblo, en Sangüesa, en Navarra. El día que su padre preguntó qué hija quería ir a Barcelona con la congregación de las Religiosas de San José de Gerona, ella no tenía dudas.
Un día, dijo a la Hermana provincial que si se fundaba una comunidad del Instituto en África ella quería ir. La escogieron a ella y a cuatro Hermanas más, quienes llegaron a Ruanda un 27 de abril de 1979, viviendo en suma pobreza. Los habitantes las miraban tras una ventana sin visillos; no sabían hablar el kinyarwanda, no había dispensario. Ella se puso de enfermera, y poco a poco, todo se fue construyendo con la ayuda de distintos organismos.
Estuvo 15 años en Nyarusange, hasta que el genocidio obligó a las Religiosas a salir de allí, para dirigirse a la República Democrática del Congo, en Rubare. A Goma llegaron el 18 de julio de 1994, donde vieron una multitud de gente que huía de Ruanda. Se instalaron en el campo donde UNICEF creaba un campo de desplazados, donde llegaban huérfanos desnutridos, entre una pobreza extrema.
Regresó a Ruanda, por amor al Instituto, dice, en un momento difícil y junto a la Hna. Natividad Pérez. La casas de las Religiosas en Nyarusange habían sido ocupada por los militares, igual que las de Kamatongo. Cuando los militares se marcharon, ellas las rehabilitamos para ponerlo de nuevo todo en funcionamiento.
La Hna. Josefa Idiazábal estuvo en Kamatongo hasta 2014, dando, también, clases de religión tras haber sido formada como catequista, saciando la sed de hablar de Dios. Y ya en Nyarusange combinaba la enfermería y clases de religión en un colegio cercano, y también animaba a grupos vocacionales. Igual que en Kamatongo, donde lo hacía en inglés y francés, y visitaba a enfermos a domicilio junto a las postulantes, aliviando el dolor y sembrando la paz.
Tras 20 años en Kamatongo, por petición de Superiora General, fue a Butare, donde, al cabo de un tiempo, buscando ser de ayuda, empezó a contactar con los prisioneros. A través de la ONG de Irún Behar Bidasoa, las Religiosas prestan servicio ayudando en la adquisición de la medicación, etc.
Ha sido Superiora local de la Comunidad Saint Joseph de Kamatongo, Ruanda en estos trienios: 1996-1999, 1999-2002 y 2002-2005. Y Superiora local de la Comunidad María Gay Tibau, en Butare, entre 2014-2017, 2017-2020.
En Butare, la Hna. Josefa Idiazábal continúa visitando a los pobres que Dios le pone en el camino. Lleva más de 45 años en África, y emocionan sus palabras de agradecimiento por lo vivido y de amor por esta tierra, por "todos los hijos de Dios". La parte final de su relato es un fragmento narrado con una sonrisa y alegría en kinyarwanda.