Hna. Felicitas Villares
“Para mí, María Gay es un camino, una senda, una dirección que voy siguiendo”
La Hna. Felicitas recuerda su sorpresa cuando le anunciaron su traslado a Girona, donde recibió la noticia de que iban a abrir un colegio en Ourense, Galicia. Allí, la aventura duró cinco años y recuerda su experiencia de educar y compartir con el alumnado como una etapa muy bonita.
Tiempo después fue destinada a Arjonilla, en Jaén, donde ejerció de profesora de alumnos de quinto de EGB. Su siguiente destino fue el Colegio Santa Teresa de Porcuna, localizado en la misma provincia, donde pudo poner en práctica la experiencia y conocimientos que había ido adquiriendo.
Aprender a conducir fue un gran reto, si bien su interés por los vehículos la ayudó con la práctica. Recuerda su primer trayecto hasta Jaén y su examen de conducción para conseguir el permiso, que le dio tanta libertad en los siguientes años.
A sus treinta años fue diagnosticada de esclerosis múltiple, pero, afortunadamente, gracias a varios tratamientos recibidos, ha podido llevar una buena vida.
Volvió a Girona para iniciar un nuevo y gran proyecto, formando parte de la comisión histórica para iniciar el proceso de beatificación de la madre fundadora, María Gay Tibau.